Esperamos el Helicóptero o Nos Ponemos los Zapatos Viejos?
- Ramon Rojano
- Dec 10, 2016
- 3 min read

Pregunta: Has soñado con llegar bien alto en la vida? Aunque no lo creas tu enfrentas un gran dilema. De tu respuesta dependerá en éxito o el fracaso. Es tu decisión!
En el fondo del alma todos soñamos con llegar a la cima y alcanzar una estrella. Pero para cada persona la cima o estrella es diferente. Para unos llegar a la cumbre significa montar una gran empresa y/o volverse millonarios. Para otros es lograr un reconocimiento nacional o mundial en los deportes, en la música, o como profesionales. La definición de “cima” varía y no es igual para todos, es personalizada.
Por eso es importante definir lo que uno llama “éxito.” Hay que visualizar cual es la cumbre a la que uno quiere llegar. Esto va alineado con los sueños que uno tiene. Primero hay que clarificar esos ideales. Después hay que investigar cuál es el mejor camino para llegar a la meta final. También hay que prepararse y conseguir los recursos necesarios.
Subir a la cima no es fácil. Se necesita mucho esfuerzo y dedicación para lograrlo y siempre se van a enfrentar muchos problemas y frustraciones en el camino. Y, aún peor, muchas veces nos encontramos con personas que tratan de echarnos hacia abajo.
Para empezar, cuando miramos la montaña que deseamos subir, uno se impresiona y llegar arriba puede parecer un proyecto imposible. Por ejemplo, puede que uno sea pobre y sueñe con ser un abogado o un doctor famoso o ser un artista de talla internacional. Y muchas veces no existen los recursos para pagar los estudios. En estos casos, se necesita invertir tiempo trabajando primero para generar los recursos. Comúnmente es necesario hacer trabajos que uno no quiere hacer. Ese es el precio que hay que pagar.
A veces vemos cómo han sufrido nuestros padres y, aunque sienta admiración, uno no quiere pasar por lo que ellos pasaron. También duele mucho ver cómo algunos llegan a la cima gracias a un apellido, una palanca, un favor o haciendo cosas torcidas. O sea, que es como si estas personas hubieran llegado a la cumbre en un helicóptero. La realidad de la vida nos muestra el gran dilema. Cuando estamos en la base de la montaña nos ponemos los zapatos o esperamos a ver si alguien nos hace el favor de ponernos arriba?
Estadísticamente hablando la gran mayoría de la gente que triunfa lo hace gracias al sacrificio personal. O sea que se requiere mucho trabajo para lograr el éxito. Muchos pensadores han corroborado esta noción. Dice Anna Pavlova: “Nadie puede llegar a la cima armado solo de talento. Dios da el talento. El trabajo transforma el talento en genio.” El gran Mahatma Gandhi dijo: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo. Un esfuerzo total es una victoria completa.”
Las palabras de ambos son muy sabias y ciertas. Yo he conocido personas muy talentosas que se la pasan hablando de lo que pudieron llegar a ser en la vida y se quedaron siempre esperando que alguien los(as) descubriera y les ayudara a llegar a la cima. Es común oír a estar personas echarle la culpa a los demás o al mundo por su llamada “mala suerte.”
La verdad es que no hay nada mas satisfactorio que lograr una meta gracias al trabajo fuerte. Aunque alguien te ayude y te monte en la cima sin mucho esfuerzo nunca vas a sentir la misma satisfacción que se siente al lograrlo por los propios méritos. Además, nadie te va a respetar ni a celebrar tus triunfos.
Recomendación: NO PIERDAS TIEMPO ESPERANDO EL HELICÓPTERO Y NO ENVIDIES A LOS QUE SE LOGRAN MONTAR EN ÉL. PONTE LOS ZAPATOS Y COMIENZA A CAMINAR HACIA ARRIBA.
Pasos a seguir:
1. Define bien cuál es la “cima” a la que quieres llegar.
2. Investiga cuáles son los caminos para subir.
3. Piensa positivo y cree en ti.
4. Empieza a caminar sin importar que tan bajo estás-Puede que tengas que dar unos pasos adicionales para conseguir mas recursos.
5. Acércate a las personas que están caminando hacia arriba con fuerza y no escuches las palabras negativas de otros.
6. No pierdas la mirada en el objetivo. Y si ya has caminado un trecho, no desfallezcas y continúa la jornada.
7. Disfruta y celebra los pequeños triunfos.
8. Cuando llegues arriba no te aquietes, sigue moviéndote.
9. Conviértete en un ejemplo para otras personas.
Además sonríe todo lo que puedas. Nunca subestimes el poder de la sonrisa.
By Ramón Rojano, PhD, MFT, MPH, CPC
rojanophd@gmail.com
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